Los nombres de Alberto Casado (Madrid, 1983) y Rober Bodegas (A Coruña, 1982) quizá no le suenen. Sin embargo, a poco que haya estado vivo entre 2006 y 2011, recordará sus caras de ‘Sé lo que hicisteis’, el primer éxito de audiencia de La Sexta, donde trabajaban como guionistas y le hacían los coros en pantalla a Ángel Martín y Patricia Conde. Precisamente con Martín, una vez agotado el formato de las sobremesas, formaron Solocomedia, un intento de importar el Funny or die norteamericano que no llegó a cuajar después de un año y medio de trabajar en exclusiva en el proyecto.

Después de aquello, la relación con Martín se enturbió, pero no entre Casado y Bodegas, que ahora escriben guiones para la serie ‘Gym Tony‘. No les llamamos por este motivo, sino por una serie de vídeos cortos que firman como Pantomima Full y que empiezan a correr como la pólvora en las redes sociales. Se trata de retratos burlescos de las nuevas tipologías sociales, nada más, pero tampoco nada menos.

PREGUNTA. El comienzo. ¿Cómo surge la idea de hacer vídeos, digamos, ‘neocostumbristas’?
Alberto: Para promocionar un espectáculo que teníamos en el teatro Alfil. No queríamos ser brasas pidiéndole a la gente que viniese a vernos semana tras semana, así que pensamos hacer vídeos cortos, que tuviesen valor en sí, y ya que busquen si tienen ganas de ir a vernos en directo.
Rober: Si la gente ve una cosa y le mola, ya nos encontrará, esa era la teoría.

P. ¿Estáis contentos con la recepción que están teniendo? En la redacción del periódico ya tenéis parroquianos.
Alberto: Mucho, sobre todo en Facebook. De hecho, estamos recibiendo tan buenos comentarios que casi nos hace más ilusión dedicarnos a nuestros vídeos que montar otro ‘show’ en directo.
Rober: Y los vemos crecer exponencialmente, cada vez se comparten más.

P. Mejor en Facebook que en YouTube.
Alberto: Es que estaban pensados para Facebook, para que se compartan, para que la gente se vea reflejada y se lo envíe a alguien: «Mira, fulanito, eres tú».
Rober: En YouTube no hacemos nada de promoción. Los que los encuentran es porque alguien se lo recomienda, no porque caigan allí.

P. Es un humor muy generacional, enfocado al treintañero de gran ciudad.
Rober: Sí, la idea era esa, llegar a un público que luego venga a ver nuestro espectáculo. Nosotros somos así y escribimos para gente como nosotros.

P. Tengo la sensación de que estáis llegando, además, a personas que no son vuestro ‘target’.
Rober: El otro día fuimos a ‘Hoy por hoy’ de la Cadena SER y Javier del Pino estaba muy flipado con nuestras cosas, las había visto todas. Es verdad que no es un tío rancio ni mucho menos, pero no contábamos con ese tipo de público. Pues oye, genial. Hay algunos vídeos más acotados y otros más amplios, como el del ‘runner’.

P. Ahora todo el mundo es ‘runner’, ¿no, Alberto?
Alberto: (Ríe) No, no me considero ‘runner’, pero si vas a correr al Retiro, como yo, te conviertes inmediatamente en ‘runner’, no me queda otra.
Rober: Nos hace mucha gracia la gente que se autodenomina hípster o indie. Ponerte a ti mismo un título es muy de flipao.

P. Rober, he leído en tu web que te autodenominas Arquitecto de Interiores, en mayúsculas, que no es lo mismo que decorador.
Rober: (Ríe) Bueno, no terminé. Empecé arquitectura y nunca acabé; ahora ya me da igual porque no voy a ejercer.

P. Aludís al treintañero constantemente. Son (somos) una generación cómica, eternos solteros que quieren pasárselo bien por encima de todo. A nuestra edad, nuestros padres ya nos tenían casi en el instituto.
Rober: Mi padre me tuvo con 25 y trabajó en curros de los que joden las manos desde bien joven, es otra cosa.
Alberto: Somos una generación más chaval. Antes con 30 eras un señor, y yo ahora no me considero un señor para nada.

P. Para haber corrido solo una generación, el salto es importante.
Alberto: Sí, sí, alargamos la juventud.
Rober: Hemos tenido una vida cómoda y la queremos alargar. No sentimos la llamada esa de “es que ya no tengo edad”. Ahora es normal ver a colegas, uno de 20 y otro de 40, y los dos en monopatín.

P. Vuestro humor no tiene pretensiones: habla del que sale mucho, del que no asume que vive lejos, del que está epatado con los vinos…
Alberto: No hablamos de problemas, sino de tonterías. Nos gusta reírnos sin más.
Rober: A Fernando León lo tenemos muy decepcionado (ríe).
Alberto: Sí, está muy decepcionado con el producto, lo ve muy ligero.
Rober: No vamos a hacer un vídeo para reírnos de que alguien es pobre, por ejemplo, que sería demasiado cruel.

P. Perdonad que saque el manidísimo tema de los límites del humor… ¿os autoimponéis alguno?
Alberto: Realmente no. El humor de los vídeos es muy blanco porque es lo que nos hace gracia en este momento, pero en el teatro hacíamos una cosa más absurda y más negra y no pasaba nada. No es algo que hayamos pensado.

P. Tengo amigos que consideran el ‘sketch’ de ‘La ecografía‘ como la cumbre de vuestra obra.
Alberto: ¿Ves? Este humor es mucho más negro y no nos importó grabarlo y distribuirlo por internet. Hacer el burro nos gusta también.
Rober: Pueden ser ‘sketches’ negros, pero siempre están basados en historias de ficción, no hablamos de personas concretas.

Hay gente que pretende que te mudes para comprar en Mercadona, no lo comprendo

P. Me hacen especial gracia los carteles de vuestros vídeos. “No asume que vive lejos”. “Filosofía de preescolar”. “La ciudad es diminuta”. ¿Quién los escribe?
Alberto: Los dos, a veces uno, a veces otro y muchos los dos juntos.
Rober: Hacemos un guion que nos sirve de pauta, pero luego vamos metiendo mierdas que se nos ocurren y la versión final cambia mucho. Además, con el tiempo, vamos siendo más cabrones con los mensajes, al principio eran muy descriptivos.

P. El vídeo de Mercadona es uno de los más vistos: ¿por qué insistimos tanto en venderlo? Es el Apple de los supermercados, no basta con que nos guste, tenemos que convencer a los demás.
Alberto: Yo esto no lo entiendo. A mí me gusta comprar allí, pero como en cualquier otro sitio.
Rober: Todas las frases de este vídeo las hemos escuchado. Yo no voy a Mercadona porque no hay en mi barrio y no pienso cogerme un autobús para hacer la compra, pero un fin de semana le presté el piso a un primo y cuando regresé me había llenado la despensa de cosas del Mercadona. ¿Para dos días te has ido a Mercadona para comprar su Nocilla? Qué loco.
Alberto: Yo, en un vuelo a Lanzarote, tuve que aguantar dos horas a la azafata y a la mujer que se sentaba detrás hablando de los barrios en los que había Mercadona en la isla. Y yo que me quería dormir y nada, el puto Mercadona.

P. ¿Qué estereotipo de los que retratáis os gusta menos?
A la vez: El corporativo.
Alberto: Todos son entrañables menos el corporativo.
Rober: Es que te afecta, no solo por su ineficacia, sino porque se queda un montón de horas ahí para dejarte mal ante tu jefe.
Alberto: Y el soso.
Rober: Ah, sí, el soso te mata.

P. ¿Cómo vais a rentabilizar los vídeos?
Rober: Llevamos solo tres meses haciéndolos, estamos centrados en que crezca. Si la cosa va para adelante, ya veremos cómo lo monetizamos (si es que lo monetizamos).
Alberto: Nosotros vivimos de otras cosas, la idea de los vídeos no es hacer dinero. Nunca sabes dónde va a llegar un proyecto, pero vamos, la idea es mostrar nuestro trabajo y ver qué pasa.

P. Con Solocomedia llegasteis antes de tiempo.
Rober: Internet estaba preparado, pero la audiencia no. No existían estos ‘youtubers’ famosísimos y no se había creado una industria alrededor. Llegabas a una marca con tus cifras de visionados y te decían: “Ya, pero es que es internet”.
Alberto: De hecho, ni siquiera subíamos los vídeos a YouTube, se quedaban en nuestra página web.
Rober: Nuestra referencia era Funny or die, que es un portal norteamericano que funciona muy bien. Pero en España la idea no funcionó.
Alberto: La investigación no es lo nuestro. No sabemos prever lo que va a gustar dentro de un tiempo.

P. ¿Ha afectado la tecnología a la forma que tenemos de consumir humor?
Alberto: Sí, desde luego. Ha entrado mucha gente que, en otras circunstancias, no lo habría tenido tan fácil.
Rober: Mira el caso de Comedy Central, que tiene a Hovick, Vaquero… Funciona mejor por internet que por el propio canal.

P. La tele se ha convertido en un medio conservador de cara al humor.
Alberto: La libertad está fuera de la tele, que está muy anticuada. Al final, los programas que triunfan en internet le gustan a todo el mundo pero no acaban nunca en la tele, cuando sería el salto natural.
Rober: Internet te deja ser más salvaje, más absurdo si quieres, pero te exige duraciones cortas. Los programas se suben en vídeos cortos; luego, si te gusta te los acabas viendo todos, pero hay que subirlo troceado. Con un vídeo de 25 minutos se atreven pocos.

Un mal día para un humorista no es estar enfadado, es haber vendido 11 entradas para tu espectáculo

P. Os he escuchado reivindicar a Will Ferrell y Seth Rogen. Os apoyo mucho en esto.
Alberto: Y no solo estos, también series americanas como ‘The Office’, ‘Fight of the Conchords’, ‘De culo y cuesta abajo’… Vi muchas en su día y no puedo negar que me han influido.
Rober: De Will Ferrell y Seth Rogen lo que nos gusta es la sensación de que hacen humor para pasárselo ellos bien. Luego ves a Louis CK y notas intenciones de trascender.
Alberto: Decía Judd Apatow de la película ‘The Anchorman’ que el mejor chiste de la cinta consistía en que alguien la hubiese pagado.

P. ¿Os ayuda a hacer humor el no considerarlo un trabajo, como en este caso?
Rober: No, depende del trabajo. Nosotros nos conocimos en el ‘Sé lo que hicisteis’ y lo disfrutábamos mucho. Teníamos ese rollo de hacer lo que nos diese la gana que no hemos encontramos en otros trabajos. Depende de dónde caigas.
Alberto: ‘Sé lo que hicisteis’, dentro de la tele, era muy libre.

P. ¿Podrían los vídeos de Pantomima Full escalar a algo más grande?
Alberto: Por qué no. Ahora mismo no hay nada previsto, pero siempre nos juntamos para hacer lo que nos gusta, más allá del trabajo, y no cerramos la puerta a nada.
Rober: Tampoco somos de volvernos locos, vamos viendo según viene. Depende no solo de talento, que es necesario, sino de que se presente la oportunidad.

P. ¿Qué tal fue el espectáculo de teatro?
Rober: Mejor de lo que esperábamos. Empezamos en la primavera de 2016, paramos en agosto y estuvimos hasta mediados de noviembre. El último mes fue más flojo, pero en general estamos contentos.
Alberto: Nos enfrentamos a un problema que es hacer la promoción, trasladarle al público que estamos en el Alfil haciendo este tipo de humor. En nuestro caso, la obra era muy absurda y algunos se confundían.
Rober: Entraban en Atrápalo, veían que teníamos muy buenas puntuaciones y se presentaban sin saber.
Alberto: Es gracioso ver nuestras valoraciones: son cero o 10. Algunos debían pensar “qué cojones es esto que estoy viendo” (ríe).
Rober: Había señores que llegaban con promociones de revistas de teatro, de teatro de verdad, y se encontraban con una tomadura de pelo.

P. Una duda personal: ¿cómo gestiona un cómico los malos días?
Alberto: Con oficio.
Rober: Sí, pero en nuestro caso los malos días no es cuando estamos enfadados, sino cuando estamos cansados y tenemos sueño.
Alberto: Los lunes son siempre malos días.
Rober: Somos tranquilos y de buen carácter. Nunca nos han dicho: “Hoy no le hables, que está que muerde”.
Alberto: Lo que sí ha pasado es que Rober haya actuado directamente al regresar de un festival de todo el fin de semana. Le dejamos en la puerta de La Chocita del Loro a las 20:50 y empezaba a las 21. Yo eso no puedo hacerlo.
Rober: ¡Ahí iba contento! Otras veces, con un familiar en el hospital por ejemplo, sí que hubiera preferido no actuar. Te podría decir que es terapéutico y todo ese rollo, pero no (ríe). Es más bien como si estás cansadísimo y te sueltan un toro. Pues corres igual, porque si no, te vas a comer la mierda.
Alberto: Un día malo es cuando llegas a actuar y te dicen: “Habéis vendido 11 entradas”.

P. La última: ¿cuáles son los próximos vídeos?
Alberto: Os lo contamos a vosotros en exclusiva: serán Blablacar y otro que se llamará Lobo de mar. Los grabamos en Semana Santa, ya los veréis.